A MIS QUERIDOS AMIGOS

No nos iremos, no podemos irnos... y además, aunque desaparezcan nuestras preguntas siempre habrá nuevas. Parece que los dioses internáuticos "pisaron el palito". ¿Quién iba a creer que la Pc pudiera darme la oportunidad de expresarme con temas "no convencionales"... o temas que no aparecen publicados ni en las revistas ni en los diarios?...

viernes, 28 de agosto de 2009

YO NO SÉ REGALAR

No comparto la actitud de las personas que dicen "yo no sé regalar".

Me parece que en muchos casos, detrás de esa muletilla cómoda se esconde el miedo a amar. El que cree que no ama dice "yo no sé amar" o "yo no sirvo para amar", o "yo no sé regalar", que es lo mismo. La ignorancia prevalece en los 3 casos.

Sin dudas REGALAR es esencialmente "dar" AMOR a través de un presente. El objeto regalado se convierte en símbolo espiritual del sentimiento de Amor, más allá de lo material.

Jamás deberíamos pretender que el amor que regalamos sea devuelto a nosotros. Los regalos no se devuelven y el amor menos. Además sería imposible que regresara algo que jamás se fue. El amor no es un objeto.

Nos ofrecemos enteros en un regalo. Las personas que regalan se desviven por agradecer el amor que sienten. Buscan hacer felices a sus semejantes, ofreciendo lo mismo que reciben. Por eso cuando recibimos muchos "regalos" (materiales y de los otros), es preciso reconocernos en el buen camino; confirmar que estamos aprendiendo el Amor, y sentirnos absoluamente convencidos de que en este viaje que es la vida, con errores y aciertos (en mayor o menor grado), somos Amor, siempre estamos amando.

Yo siento que esos regalos son "nuestro pan de cada día", y lo agradezco.

A pesar de no compartir la actitud de las personas que dicen "yo no sé regalar", creo que ellas pueden modificarla. Las que en verdad me apenan son aquellas que regalan, sólo por compulsión a buscar o mantener un lugar en el mundo material de poder. Sinceramente, ellas me apenan.

Creo que es más sano el miedo, porque por lo menos hay oportunidad de superarlo, son los "pobres de espíritu".

Los que se sienten muy seguros en cambio, no están dispuestos a ceder, y así difícilmente aprendan algo... o nada. Ellos están cegados a recibir Amor porque se han "en-Amor-ado" de los bienes materiales, y la ambición que destruye al mundo y lo mantiene en un callejón sin salida, proviene del apego a ellos.