A MIS QUERIDOS AMIGOS

No nos iremos, no podemos irnos... y además, aunque desaparezcan nuestras preguntas siempre habrá nuevas. Parece que los dioses internáuticos "pisaron el palito". ¿Quién iba a creer que la Pc pudiera darme la oportunidad de expresarme con temas "no convencionales"... o temas que no aparecen publicados ni en las revistas ni en los diarios?...

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LA MUERTE DE UN NIÑO

Existe un Conocimiento que nos llega desde mucho antes de Cristo, y al que pocos le dan bolilla.

Parece que el conocimiento occidental acerca de las edades que marcan cambios grandes en Psicología, coincide con el conocimiento ancestral de la India.

El conocimiento oriental revela que hay etapas "clave" en el desarrollo del ser humano, las mismas que confirma la Psicología occidental. Los occidentales determinan que existen cambios importantes en determinadas etapas del ser humano. Los orientales confirmaban todo esto, muchísimo antes del nacimiento de Jesús y aseveraban que:

- De 1 a 7 años desarrollamos el cuerpo físico.

- De los 7 a los 14 se desarrolla el cuerpo astral o emocional.

- De los 14 a los 21 años el hombre desarrolla su cuerpo mental, pero (a saber): lo que en realidad completa, es el desarrollo del cuerpo "mental concreto".

El ser humano sólo desarrolla este cuerpo mental concreto, sin acceder al cuerpo mental abstracto ni a los planos más elevados de la mente, como lo han hecho (y lo hacen) los grandes Maestros de Conocimiento, entre ellos Jesús, el Cristo.

A partir de esto cabría preguntarse:

¿Si el hombre se termina de desarrollar completamente a los 21 años (la mayoría de edad para Occidente)... significa que hasta esa edad no acabó de nacer?...

Un hombre que no acabó de nacer... ¿puede morir?...

¿Puede morir lo que aún no ha nacido?...

Los Orientales dicen exactamente, que "NO puede morir lo que aún no ha nacido". Con esto arrojan luz sobre un tema que angustia y conmueve el alma de los seres humanos: la muerte de un niño.

Este conocimiento ancestral nos revela que cada niño vivirá su muerte de acuerdo a su evolución, y en absoluta concordancia con las etapas descriptas.

Al morir, el Alma de un niño de 7 años no deberá desprenderse más que de su cuerpo físico (el etérico es parte del físico), por lo que no deberá atravesar el famoso "Purgatorio". Es decir que no pasará, luego de la muerte física, por el mundo de emociones, contenidas en el cuerpo emocional.

En su viaje hacia otra vida, los niños "dormirán" el tiempo de cualquier proceso que no hayan vivido, y amanecerán donde elijan.

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