¿Quién no se ha sentido derrotado alguna vez?... el que dice que nunca, miente.
El tema con la derrota es llegar a vivirla sin miedo, entregarnos a ella y a todos los sentimientos que involucra. El proceso de la derrota termina cuando aprendemos a reconocer que los derrotados no somos verdaderamente nosotros mismos, sino sólo los que creíamos ser.
Mueren partes nuestras, pero nunca somos nosotros los que morimos. Podemos ser incompetentes en un montón de cuestiones, pero la voluntad que nace de nuestro espíritu, nos habla en un momento y nos llena de valor, obligándonos a seguir con lo que tenemos.
A MIS QUERIDOS AMIGOS
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