Nadie puede negar que en el mundo hay una infinidad de procesos que desencadenan siempre resultados similares y que la vida tiene leyes invisibles y certeras. El Dharma nos dice que estamos regidos por una ley que permite que todo el Universo evolucione hacia algún lugar y tenga un sentido. Ser concientes de nuestro Dharma nos lleva a vivir de acuerdo a la corriente natural de la vida.
Los seres humanos elegimos libremente y al hacerlo, elegimos también los futuros resultados de nuestras acciones y trazamos nuestro propio camino. El Karma sólo nos dice lo que nos merecemos y lejos de ser un castigo, es la justificación cósmica de nuestras acciones
Ser concientes de nuestro Dharma es creer en nuestro propio destino y perseguirlo. Confiar en nuestro esfuerzo, en nuestros actos. Saber que el bien es una suma de muchos actos de bien; saber que la oscuridad es pasajera y que sólo ocurre cuando no encontramos nuestro propio rumbo. Saber que cada acto de nuestra vida, cada tarea que nos toca realizar por más intrascendente que nos parezca, tiene un sentido y un fin, hasta las tareas que más nos cuestan.
Por eso siempre es bueno estar ahí a la hora de realizar alguna acción, siempre en presente, siempre concientes de la trascendencia cósmica de nuestros actos.
Ser concientes de nuestro Dharma es vivir concientes de nuestro "deber", no como obligación sino como deber cósmico, como deber del Ser.
A MIS QUERIDOS AMIGOS
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