Yo creo que nuestro equilibrio psicofísico depende de una sola cosa: aquietar lo más posible los estados de nuestra mente.
Nuestra mente vive en una dualidad constante que hace que pasemos del amor a la bronca en 2 segundos.
Con una mente así, me parece que lo mejor que podemos hacer es ser auténticos, como cuando éramos niños. Cuando un niño está contento vive su alegría; si está enojado vive su enojo; si está triste vive su tristeza. Jamás se reprocha lo que siente, jamás dice: mi tristeza es "buena" o "mala", no califica, no etiqueta, y eso hace que mantenga su mente abierta para escuchar, ver, experimentar y aprender.
A medida que me entreno en esa autenticidad, voy comprendiendo el sin sentido del movimiento de mi mente.
A MIS QUERIDOS AMIGOS
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