A MIS QUERIDOS AMIGOS

No nos iremos, no podemos irnos... y además, aunque desaparezcan nuestras preguntas siempre habrá nuevas. Parece que los dioses internáuticos "pisaron el palito". ¿Quién iba a creer que la Pc pudiera darme la oportunidad de expresarme con temas "no convencionales"... o temas que no aparecen publicados ni en las revistas ni en los diarios?...

martes, 17 de marzo de 2009

¿Es el AMOR un concepto elevado?

Creo es que todos somos capaces de vivenciar el amor porque esencialmente somos eso: amor. Creo también que las vivencias del amor varían, de acuerdo al nivel evolutivo de cada uno.

Y en esta evolución hay mucha desigualdad porque vivimos en un mundo en el que no todos tienen las mismas posibilidades para concretar ese amor, para vivenciarlo. Hay demasiadas personas que tienen que hacer malabarismos para conseguir su sustento, ni hablar de la escasa probabilidad de acceder a una educación o saber siquiera de la existencia del arte en todas sus formas. Muchos habitantes de las grandes ciudades, se ven así obligados a conservar su trabajo y a dedicarle cada vez más tiempo. Cada vez se trabaja más por menos, y esto impide que se desarrollen muchos aspectos esenciales del ser humano.

Un hombre que trabaja 10, 12, 15 horas, dificilmente tenga interés en mirar el cielo y preguntarse algo cuando regresa a su casa. Por lo general, las ciudades le impiden la conceptualización elevada del amor y lo alejan de Él.

El hombre se ha ensañado con la naturaleza, y las ciudades lo obligan a moverse hacia una plaza o un parque para poder disfrutar de ella, es así como muchos prefieren la comodidad de una computadora y una TV en su poco tiempo libre. Por eso, descansar en una ciudad es sinónimo de anesteciarse.

Nuestra madre tierra, ha sido cubierta por una fina capa de asfalto que nos dificulta el acceso a nuestra esencia. Los ruidos de los motores en las calles nos alejan del silencio. Mientras tanto, las imágenes mediáticas nos ofrecen un modelo humano que quieren que compremos: TENER PARA SER es la consigna. El ser ha quedado atrapado en esa mentira, el ser se encuentra adormecido en ella, y vive el día a día que se compra con dinero; está habituado a creer que el amor adopta esta modalidad.

El amor en estos días, se promueve bajo "formas" publicitarias que mantienen y exhacerban esa misma mentira. Un niño de pocos años puede estar revisando una página pornográfica a cualquier hora. Un adolescente puede estar incoporando los movimientos y los gestos de Mick Jagger para utilizarlos en su próximo recital. Es posible que una niña se decida a iniciarse en el mundo sexual y no tenga mejor idea que subir esas imágenes a youtube. Todo esto ocurre por una sola y única razón: LA IMAGEN ES LO QUE CUENTA, EL ENVASE, LA CÁSCARA.

En un mundo así vivimos todos.
Los que hemos tenido la suerte de criarnos en una familia que nos ha dado amor, contensión y nos ha permitido expresarnos libremente, recordamos aquel calor y anhelamos regresar a él. La naturaleza nos recuerda ese silencio que experimentábamos en el vientre de nuestra madre. Luego al nacer, sus caricias y cuidados nos van alimentando y nos hacen crecer en gratitud, en bondad, en belleza, en amor. Más tarde, seguimos buscando ese amor afuera, pero preparados y abiertos a la posibilidad concreta de conmovernos, de trascender más allá de nuestro envase.

En este punto me detengo, porque si bien la ciudad es capaz de anesteciar a cualquiera, la profundidad del amor aprendido es fundamental para este proceso de trascendencia. Lo mismo sucede con las personas que viven en el campo, pero creo que es más fácil encontrar la belleza allí, y hasta el espacio y la armonía necesarios para callar la mente y disfrutar del aquí y ahora sin cuestionamientos inútiles y sin culpas.

El amor ofrece esa posibilidad, es un tiempo sin reloj, un presente eterno, porque si estamos amando de verdad no hay razón ni posibilidad de preguntarnos: ¿estamos amando?, simplemente lo vivimos y ya. El amor no se pregunta nada, el amor no se cuestiona, no se razona, sólo se vive.

Cuando escribo poesía, no hago más que pintar un cuadro que veo en mi interior. Me gusta pintar lo que veo con la mayor claridad posible, aunque algunas estrofas no rimen o existan errores técnicos que otros acoten. La cuestión es que prefiero no mentirme, porque aunque sólo se trate de un reflejo del amor verdadero, es una chispa de él y debe ser transmitida tal como llega.

Me gusta demasiado la experiencia de la vida, porque zambulléndome en ella aprendo el amor. De nada me sirve "quedarme quieta al costado del camino mirando los sueños que no han sido" como digo en una de mis poesías, prefiero equivocarme, prefiero pedir perdón, y al decir te amo decirlo como se debe.

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