Lo esperado es siempre lo pensado. Nuestra mente planifica y proyecta siempre a futuro o vive de nostalgias, porque es incapaz de experimentar el aquí y ahora. Decide qué cosas nos harán bien y qué cosas no, nos condiciona, nos arrutina y nos adoctrina, nos llena de prejuicios y de miedos.
Sólo cuando esa mente manipuladora se cansa, o cuando logramos que se aquiete, surge lo inpensado, lo nuevo... lo inesperado, "malogrando" todo lo pensado.
A MIS QUERIDOS AMIGOS
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