Mi experiencia me dice que la acción de olvidar es un acto voluntario, una decisión que se gesta en nuestro interior al comparar el hecho actual con algún otro que en el pasado nos llevó a sufrir. Como seres humanos, aprendemos de nuestras experiencias y no queremos lastimarnos, el tema es que se nos presentan 3 opciones:
1) Enfrentar el problema, racionalizarlo, reflexionar acerca de él, hasta que se nos haga necesario el olvido. (En este caso resultará difícil que nuestro raciocinio actúe separadamente de nuestras emociones, ya que somos parte de ese hecho que pretendemos olvidar).
2) Evadirnos mientras no lo podamos racionalizar. (¿Cuánto podrá durar esa evación?, porque en algún momento se volverá insostenible, sobre todo al tomar conciencia de que seguimos evadiendo ese hecho que pretendemos olvidar, por lo tanto la evasión no hará más que confirmarnos su presencia).
3) Dejar que el problema nos supere, sumergirnos en él y llorar lo suficiente hasta que se agoten las ganas y el deseo, para que el recuerdo caiga en el olvido por su propio peso. (Sólo así olvidaremos, y comprenderemos que olvidar no significa carecer de recuerdos sino colocarlos en un lugar que no haga daño, que no lastime, y que nos ayude a capitalizar la experiencia en forma positiva).
A MIS QUERIDOS AMIGOS
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