¿Qué es un "amante"?

Ser amante es lisa y llanamente manejar el arte de dejarse ir sin el menor análisis, sin ninguna consigna y sin trueques absurdos. Ser amante es darse porque sí, desde el cuerpo, desde la cáscara, pero sin mapa ni guía Filkar. Es recorrer al otro, y hacerlo totalmente desprovisto de algún saber. Es no tener premisas ni lugar a dónde ir, es como animarse a seguir perdido, tildarse desde la piel y dejar que la vida se suelte, nos penetre, nos conmueva, y acabe por nombrarnos.

Una buena amante necesitará que la sostengas con ternura para asegurarse de que estás ahí. Te llamará por las noches desde cualquier lugar, desde cualquier punto, y despertará tu deseo. No te asustes, es normal. Estará allí sin su cuerpo, se manifestará sin previo aviso. Hasta es posible que tenga cualidades de Medium, no te sorprenda entonces que encarne en otra mujer, con otro cuerpo, con otros ojos.
La amante es el deseo milenario que se sacude en cada hombre, viene a despertarte, a abofetearte. Se acerca caminando con su alma primitiva, se acerca con su instinto, y huele a sexo mojado, rebalsado, lleno. Está sedienta de caricias, y busca tu lengua para acurrucarse y descansar en ella. La amante es alquimista. Sabe transformar el frío en calor, y el calor en frío. Repasa una y otra vez tu cuerpo con su propio cuerpo para encender la fogata que no la ha dejado de hacer danzar durante siglos. Suspende el tiempo, y se mueve por esa delgada línea de sensualidad animal. Es de la tierra, llega desde tus entrañas y transpira su flujo de eternidad, hasta salpicarte de poesía.