Las raíces del cielo son nuestras, yo creo que nosotros deberíamos ser ese cielo. Cuando el hombre no cree en él, se inventa un infierno; cuando el hombre no cree en él endiosa a los hombres y humaniza a dios. Cuando el hombre no cree en él, deposita su voluntad en un dios que siempre está fuera suyo.
Ni siquiera hemos sido capaces de apreciar todo el cielo o explorar en él, sólo nos hemos limitado a inventarnos un castigador y un castigo para poder luego cumplirlo, perdonarnos, aceptarnos y querernos más.
El infierno es un invento de los hombres, que han preferido creer que no se merecen ese cielo.
A MIS QUERIDOS AMIGOS
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